Un frigorífico roto puede ser un gran dolor de cabeza. No sólo tiene que lidiar con la molestia de no tener un frigorífico que funcione, sino también con el coste añadido de encontrar los recambios electrodomésticos y hacer las reparaciones o sustituciones oportunas.
Afortunadamente, muchos de los problemas más comunes de los frigoríficos son lo suficientemente sencillos como para solucionarlos por su cuenta comprando un repuesto, lo que le ahorrará tiempo, dinero y molestias. Veamos algunos de los problemas más comunes que pueden surgir en los frigoríficos y cómo diagnosticarlos.
Problemas de refrigeración
Si su frigorífico no mantiene los alimentos lo suficientemente fríos, puede deberse a varias razones. En primer lugar, asegúrese de que la temperatura del termostato está ajustada a un nivel adecuado, normalmente entre 35 y 38 grados Fahrenheit para el compartimento principal y entre 0 y 5 grados para la sección del congelador. Además, asegúrese de que el burlete puerta esté correctamente colocado y que no haya nada bloqueando las rejillas de ventilación de ninguno de los compartimentos; aunque parezca un problema menor, el bloqueo del flujo de aire puede causar problemas de refrigeración. Si ninguna de estas soluciones funciona, es posible que tenga que llamar a un técnico o sustituir la unidad por completo.
Problemas de condensación
La acumulación de condensación en su frigorífico puede deberse a varias causas, como dejar las puertas abiertas demasiado tiempo o simplemente tener demasiada humedad dentro de la propia unidad. Si la condensación se ha ido acumulando con el tiempo, puede deberse a una junta defectuosa en alguna de las puertas (o en ambas). La sustitución de estas juntas con algún repuesto balay suele resolver este problema de forma rápida y sencilla; sólo tiene que asegurarse de que, al cerrar cada puerta, no quede ningún hueco entre ellas.
Problemas con la máquina de hielo
Si su frigorífico tiene una máquina de hielo y no funciona correctamente, compruebe primero si hay obstrucciones tanto en la propia máquina de hielo como en los tubos conectados a ella desde otras partes del frigorífico (como los conductos de agua). También puede comprobar si hay suministro de agua, comprobando si alguna manguera está doblada o rota; si es así, será necesario sustituirla antes de que la máquina de hielo vuelva a funcionar correctamente.
Por último, asegúrese de que todos los ajustes relacionados con la producción de hielo estén correctamente configurados -como la duración del temporizador o el tamaño/tipo de cubitos que se producen-, ya que una configuración incorrecta podría dar lugar a una producción de hielo irregular.
En definitiva, los problemas del frigorífico no tienen por qué suponer un gasto importante en reparaciones o en la compra de nuevos electrodomésticos; a veces, todo lo que se necesita son unos conocimientos básicos para solucionarlos Los tres problemas comunes mencionados anteriormente son sólo algunos ejemplos de los problemas cotidianos que pueden surgir con los frigoríficos; sin embargo, hay muchos más ahí fuera esperando una solución. Tanto si eres un aficionado al bricolaje que busca soluciones rápidas como si necesitas la ayuda de un profesional, saber a qué tipo de problema te enfrentas es siempre la mitad de la batalla ganada.